El Molino de Portillo, molino harinero que data de principios del siglo XX, se ha transformado en un pequeño Hotel Rural con encanto, ideal para el descanso.
Ofrece la tranquilidad y el trato que solo en pocos lugares se suele encontrar. Entre sus 7 habitaciones con aseo privado y distinta capacidad, se incluye una para personas de movilidad reducida y amplia superficie de zonas comunes. Exteriores con jardín y piscina.
Su situación en el campo, el contacto directo con la naturaleza, la amplia red de caminos y senderos, ideales para el turismo activo. Su cercanía a Huéscar y al resto del altiplano, con importante riqueza cultural y etnológica, nos permite ofrecer, además de alojamiento, "experiencias".
Un lugar donde la tradición y la calidad conviven perfectamente.